Los libros de texto apilados sobre mi escritorio eran un recordatorio constante de la meta: terminar la carrera. Pero la realidad, la de cada día, era que esos libros se financiaban con algo…
Los libros de texto apilados sobre mi escritorio eran un recordatorio constante de la meta: terminar la carrera. Pero la realidad, la de cada día, era que esos libros se financiaban con algo…