El sector del caravaning se encuentra en máximos históricos. Cada vez son más los conductores que deciden adoptar un estilo de vida más activo y aventurero adquiriendo caravanas de segunda mano, un segmento al alza por el gran número de portales y marketplaces que han proliferado gracias a la digitalización.
El auge de la venta caravanas ocasion está justificado por una serie de razones y motivaciones, hasta cierto punto extrapolables al resto de vehículos de segunda mano. La inmediatez de la entrega de la unidad es una de ellas. Determinadas marcas y modelos de caravana cuentan con largos tiempo de espera, que oscilan de acuerdo con las opciones de personalización solicitadas por el comprador.
Estos plazos brillan por su ausencia en el proceso de compra de caravanas usadas. Con el cierre de la venta y la cumplimentación del papeleo, se hace efectivo el traspaso del vehículo al nuevo propietario, con frecuencia en el curso de una semana o de unos días.
Los costes de depreciación también influyen en la preferencia de una parte de los conductores hacia las caravanas de segunda mano. Se estima que los vehículos nuevos pierden, desde el momento en que abandonan el concesionario, entre el 20 y el 30% de su valor, lo que supone en ocasiones una disminución de 3 a 5 mil euros, nada menos.
Por el contrario, las caravanas y otros vehículos recreativos no solo mantiene su valor de mercado —que depende lógicamente del estado de la unidad, de la cotización del modelo y su fabricante, etcétera—, sino que además pueden acrecentarlo en el futuro, si la tendencia es favorable y la demanda continúa superando a la oferta disponible.
Con toda lógica, el consumidor percibe los vehículos seminuevos y de ocasión como una oportunidad para economizar en esta inversión, la mayor en la vida de cualquier persona después de la compra de bienes raíces. Y es que las caravanas y autocaravanas recién salidas de fábrica oscilan entre los 18 y los 50 mil euros, precio que cae por debajo de los 15 mil euros en el mercado de la segunda mano.