Por su delgadez y fragilidad, la piel del rostro es una de las más delicadas. La sequedad, la sobreexposición a la luz solar y otras amenazas pueden dañarla fácilmente, en especial cuando carece de cuidados regulares, una situación bastante frecuente. Por este motivo, las consultas a dermatologo cara son una constante, pues sólo estos especialistas están capacitados para aconsejar en salud cutánea.
La dermatología moderna recomienda, por ejemplo, el uso de cremas hidratantes al menos dos veces al día, capaces de fortalecer y regenerar la dermis, pues esta se compone por un 70% de agua. Aplicando este tipo de cremas por la mañana y por la noche, las personas con cutis deteriorado experimentarán una mejoría notable.
Pero los malos hábitos no son el único enemigo del cutis. También la exposición excesiva a la luz solar puede ocasionar quemaduras en las capas externas de la piel, que tarde o temprano se transfieran a secciones profundas, causando un daño severo. Además del uso de hidratantes, las cremas solares son aliadas para combatir los efectos nocivos de la radiación UV.
Además, los especialistas en dermatología advierten del impacto del frío en las pieles más sensibles. Las bajas temperaturas desencadenan una contracción de los vasos capilares, disminuyendo la llegada de nutrientes y la oxigenación de la dermis, lo que aumenta el número de células muertas.
Una vez más, la solución pasa por el empleo de hidratantes en formato gel o similar. Asimismo, se recomienda evitar cambios bruscos de temperatura, como los sufridos en el invierno al salir al exterior o en verano con los interiores climatizados.
Por otra parte, los expertos en dermatología no ignoran que la contaminación ambiental es un enemigo invisible de la salud cutánea. Para combatir sus efectos, los exfoliantes han demostrado ser un remedio eficaz. Estos productos impiden que las impurezas del aire y las células muertas se acumulen en la superficie cutánea y frenen el desarrollo de células nuevas.