De repente, me encuentro ayudando a mi hijo pequeño a escribir… y no recuerdo como se hace la letra “g”. Claro que sé escribirla, pero no como le enseñan a él, como nos enseñaron a todos cuando íbamos al colegio. ¿Os acordáis de que debíamos escribir todas las letras juntas para trabajar la soltura de la muñeca y la mano? Con los años, cada uno va luego haciendo su propio estilo de escribir. Unos siguen escribiendo de forma más o menos clara, y luego los que estudian Medicina se especializan en jeroglíficos… Pero eso es otra historia.

La cuestión es que me he dado cuenta de que me va a volver a tocar currar en los próximos años con los pequeños. Porque traen un montón de deberes a casa y los papis tenemos que arrimar el hombro. Y últimamente están muy de moda las manualidades, cosas “súper complejas”, al menos desde mi punto de vista. Bueno, desde luego yo no recuerdo hacer esas cosas.

El otro día vino con un proyecto en el que debían hacer algo con una caja de cartón, hacer un diseño para reciclar una caja. Ya se sabe, están concienciando con todo lo del reciclaje, los desperdicios y demás. En casa, tenemos que estar siempre con un ojo en la espalda por si alguno de los niños nos pilla tirando un papel donde no toca. Lo tienen clarísimo.

La cuestión es que no sé por qué pensé que podíamos hacer unos estuches de carton para botellas inspirándome en unos que me habían llegado a mí con un pedido que había hecho de botellas de vino. Entiendo que los profes esperan que los papis ayudemos porque si no, no sé cómo lo van a hacer. La cuestión es que creo que igual me compliqué mucho la vida.

Bien podíamos haber preparado algo más sencillo, pero como tenía a manos los estuches de cartón para botellas me pareció que debía ser fácil. Pero vaya con el arte del packakging. Es un mundo interesante todo lo que se está haciendo últimamente con el cartón que vuelve a ser un envase de moda teniendo en cuenta que es reciclable, al contrario que el plástico.