La paternidad es una experiencia única en la vida, pero conlleva una serie de complicaciones iniciales, difíciles de sobrellevar para los papás y mamás primerizas. Los cuidados del recién nacido o la conciliación de su crianza con el empleo son desafíos mayúsculos que deben tomarse en serio.

Como la salud del recién nacido es primordial, aprovechar una Oferta de seguro médico privado para bebés es una decisión inteligente desde un punto de vista financiero y práctico. Estas pólizas, que deben contratarse con meses de antelación debido al periodo de carencia, permiten agilizar la asistencia sanitaria y el acceso a pruebas diagnósticas que, en la sanidad pública, acarrean listas de espera.

Para comunicar sus sentimientos y necesidades, los bebés recurren con frecuencia al llanto, incapaces aún de hablar. Los progenitores, además de identificar la causa del lloro, deben aprender a sofocarlo por medio de arrullos, canciones y sonidos suaves. Los masajes también tranquilizan al niño y le ayudan a relajarse y descansar mejor.

Respecto a los ciclos de sueño, en recién nacidos no están todavía arraigados y es normal que duerman en periodos de dos a cuatro horas, alterando así los ritmos circadianos del resto de la familia. Esta circunstancia, máxime en los primeros meses, es natural y debe sobrellevarse de la mejor forma.

Más problemático es conciliar el empleo con la crianza del bebé, sobre todo cuando expira el permiso de paternidad/maternidad y es necesario reincorporarse a la rutina laboral. Delegar el cuidado del pequeño en familiares y allegados es una decisión lógica natural. Como alternativa, puede optarse por contratar los servicios de una cuidadora profesional.

Con la llegada del bebé, las tensiones con los futuros hermanos pueden escalar durante el primer año, generando problemas en la situación familiar. Para garantizar una buena acogida, se recomienda informar al menor de edad acerca de este cambio y los beneficios que traerá al núcleo familiar, siempre en términos positivos.