Siempre me ha gustado trabajar de forma autónoma, sin pedir consejo y tratando de hacer las cosas a mi manera. Esta forma de trabajar, tiene sus pros y sus contras. Por un lado, no tienes que rendir cuentas a nadie y si te equivocas te equivocas tú (que siempre es mejor que equivocarse por culpa de un consejo ajeno). Pero, por supuesto, también supone un quebradero de cabeza cuando no dominas una parcela. Por eso, aunque a uno le guste ir por libre, no hay que ser cuadriculado y no buscar ayuda cuando se necesita. 

Recientemente he tenido que encargar unas carpetas con anillas personalizadas para un nuevo curso que estamos organizando. Y he vuelto a acudir a mi imprenta online de confianza. La conocí hace unos años cuando diseñé unos folletos de promoción. Y os cuento cómo fue mi búsqueda y por qué terminé eligiendo esa imprenta y no otra. 

No os voy a engañar, lo primero que buscaba era un buen precio, supongo que como muchos de nosotros. Cuando eres un sencillo autónomo no estás para grandes dispendios. Por supuesto, conozco imprentas físicas en mi ciudad que me harían un gran trabajo con los folletos de promoción, pero no puedo permitírmelo y tampoco creo que a ella le interese demasiado proyectos como el mío.

Por suerte, existe internet y las imprentas online. Generalmente, las que solo trabajan online ofrecen mejores precios. Pero si tienen una tienda física puede ayudar para que el trato sea más personalizado. Y aquí está otro elemento importante para elegir imprenta: como es el trato con el cliente.

Y pese a que buscamos precios competitivos eso no quiere decir que tratemos con robots o no sepamos con quién tratamos. A la hora de hacer el último encargo, el de las carpetas con anillas personalizadas, tuve un par de dudas y las resolví por email. A mí me gusta hacer las cosas por email, pero también tienen teléfono, o incluso por WhatsApp. Fue este trato personalizado y el precio competitivo el que me hizo elegir esta imprenta y no otra.