Mientras escribo esto, estoy tomando un café. Y es posible que tú lo leas mientras te tomas otro. Pues según un reciente estudio beber café aumenta el riesgo de cáncer. Es un estudio que aparece poco tiempo después de otro en el que se decía que beber café moderadamente aumentaba la esperanza de vida. ¿Y entonces a quién creemos?

En concreto, y según publica la prensa, un estudio realizado en una universidad de Estados Unidos trató de cotejar los datos de hasta 17 estudios diferentes hechos en los últimos años que trataban, de alguna manera, del consumo de café. Se podría llamar el “gran análisis” sobre el consumo de café. Pues según los datos recabados se llegó a la conclusión de que el consumo de café aumenta el riesgo de padecer cancer de pulmon. Y uno se puede preguntar: ¿pero por qué si yo no fumo?

Por más que he buscado causas que relacionen la cafeína con el cáncer no acabo de tener un dato concreto. Tal vez habría que ir a la fuente directa para entenderlo, pero al final muchas de estas noticias inspiradas en estudios de universidades son un poco aparatosas. Supongo que lo que cuenta es el titular y si alguien relaciona café con cáncer teniendo en cuenta la cantidad de personas en el mundo que tomamos café y el pavor que despierta el cáncer ya tenemos un montón de clics.

Si nos ponemos dramáticos de verdad podemos llegar a decir que, en realidad, todo es malo: hasta respirar. Solo hace falta salir a la ciudad en un día de buen atasco para verificarlo. Por supuesto, entre los muchos comentarios a la noticia no faltaban los fans del café, algunos con verdadera sorna que juraban que, tras leer la noticia, iban a empezar a tomar cuatro cafés al día, en vez de tres.

Desde luego, la ciencia no parece todavía preparada para asegurarnos que produce cáncer y que no, sobre todo si hablamos de alimentos y bebidas. Si el café produce cáncer de pulmón tal vez nos estemos matando un poco cada mañana a la hora de desayunar: pero hay que desayunar algo, ¿no?